jueves, 10 de octubre de 2013

QUERIDO DIARIO

Sentada en una silla, arrimada a una mesa, Mónica lloraba con desconsuelo, un llanto lento y amargo, sin escándalos ni gritos, sólo lágrimas ácidas resbalaban por su rostro. Éstas iban a morir a su barbilla y empezaban a mojarle la ropa de la lluvia incesante de dolor. Ni lo notaba.
Los brazos flácidos apoyados muertos sobre las piernas completaban la imagen del derrotismo, hombros caídos y espalda curvada. El desasosiego hecho mujer.
Nadie le oía, ni quería ser escuchada, era simplemente un mano a mano con el dolor, no quería compasión ni tampoco buscaba ayuda, era su momento liberador...que a la vez le hundía. Paradojas humanas, cosas que pasan.
Aún llorando miró un pequeño libro de hojas en blanco, algo manual, casi arcaico e íntimo sin duda, como en trance y con toda la claridad que le era posible comenzó a escribir:
"Querido diario, hay veces que me faltan las fuerzas, que creo que no puedo seguir adelante y aunque mi alrededor se derrumba mientras yo intento salvar a los míos, a los que quiero, a lo poco que tengo.
No me permito que se note que estoy al borde de caer y asumo con normalidad que tengo que ser el mástil que queda en pie, la columna que aun sigue firme, la sonrisa que anima, el abrazo que consuela, el pañuelo de lágrimas.
Considero que no es un sacrificio, ni una condena, tampoco es para ir dándose golpes de pecho, sería ridículo...sólo te lo cuento a ti, querido diario, porque se que guardas los secretos y en tus hojas vive cómplice el silencio.
En los días en los que temo caer, me permito el balanceo previo, las lágrimas y la desesperación, pero poco tiempo...no me puede perder ni un minuto de más ni me puedo dar el lujo de que por inercia el bamboleo acabe en destrucción. Es un riesgo que no me conviene asumir, si me arrodillo puede ser que caiga rodando cuesta abajo.
Y hoy me sirves tú de desahogo, como otros días fueron los pañuelos, el espejo, el agua de la lluvia fundiéndose con las lágrimas o incluso, intolerablemente, los kilos de más.
Así que ya me he dado el respiro ayudada por ti, ha llegado el momento, me seco los ojos y me enderezo, vuelve a ser el día uno, vuelve a empezar la lucha y repartir sonrisas. Sin tiempo que perder."

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