Durante
muchos siglos, la sociedad -entendida como el conjunto de humanos que
vive en comunidad e interacciona entre sí- ha sido injusta y hasta
cruel con las mujeres. Eran consideradas imprescindibles para muchas
tareas y desempeños pero todas relacionadas con el hogar, la
procreación y la educación que de ésta se derivaba, amén de
procurar el bienestar masculino.
No se
me podrá tachar a mi de feminista, pero de machista tampoco, anhelo
una igualdad por méritos propios que no llega y se me ocurren mil
causas pero tampoco sería lógico olvidar la parte de la historia
que ninguneó a las mujeres. Y por supuesto recordar que hay zonas de
este mundo redondo y achatado por los polos en el que sigue habiendo
injusticias impensables como no poder conducir, no tender derecho a
la educación o los matrimonios por conveniencia, por poner unos
ejemplos.
En
España el avance ha sido claro, realmente no creo que haya sido por
las leyes de paridad, ni las cuotas, ni los ministerios, creo mas
bien que el país se ha ido abriendo al mundo, entrando en la
globalización y si bien es cierto que las cortapisas han
desaparecido también es porque ellas no han cedido a seguir dando
pasos adelante, más lejos y más mujeres.
El
lastre que llevamos parejo es la llamada violencia machista que
también existe desde el inicio de los tiempo y de la que, por
desgracia, no nos hemos conseguido desprender. Mujeres muertas por su
pareja, alguien a quien amó con pasión, el padre de sus hijos en
ocasiones, la persona que les ilusionó y les hizo feliz. Un drama en
toda la extensión del concepto.
La ley
que las intenta defender de sus verdugos no da resultados porque ni
se puede defender a cada una de ellas ni salvar a la humanidad. Lo
cierto es que también hay que tener en cuenta que está mal
concebida. Y en los colegios se educa como en una asignatura la
igualdad mientras por otros cauces mucho más atractivos les llegan
mensajes completamente contrarios. Se habla de no maltratar a la
mujer cuando el concepto debe ser no maltratar a nadie, sin
diferenciar entre mobbing, bullying, maltrato a la mujer... Es
simple, nadie es superior a nadie.
Sin
embargo, hoy por hoy, creo hay que defender a los hombres. Me
explico: Por desgracia hay mujeres que usan esta ley para quedarse
con los hijos o la vivienda, sin importarles el daño que le causan a
ese hombre tachándolo de maltratador y destrozándole la vida. Las hay, aunque no merezcan ni medio privilegio de los que gozan. Por
otra parte, la custodia de esos hijos, generalmente entregada a la
madre, deja a los padres en un suplicio de fin de semana alterno, en
alguien que intenta condensar en cuarenta y ocho horas el amor que
les tiene. Hay casos y casos, pero me rompe el alma cada vez que veo
a esos padres los domingos por la tarde llenos de dolor soñando que
pase el tiempo para volver a ser lo nunca quisieron dejar de ser y
sin embargo les privaron.
(A todos esos padres)
(A todos esos padres)
GRACIAS.
ResponderEliminarBien,bien,.bien! Me fastidia el término machista y feminista.No me gusta ninguno de ellos.Es cierto que hombres y mujeres somos diferentes en muchas formas de ver e interpretar la vida básicamente por razones culturales,pero nos olvidamos de "las personas".Me molesta profundamente cualquier tipo de discriminación tanto a hombres o mujeres por el mero hecho de pertenecer a un sexo concreto.Y nada mas discriminatorio ,como bien dices,que esos hijos que casi no vuelven a ver a sus padres...Es injusto.Debemos de acostumbrarnos a valorar al ser humano como persona y no en cuestión de su sexo.Estoy completamente de acuerdo con tu razonamiento.
ResponderEliminarSi señor.
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