Necesito
media botella de tequila para echarle la culpa al alcohol y poder
decirte lo que siento y mañana, con un terrible dolor de cabeza,
negarlo todo. Podré entonces sentir el alivio de haberte confesado
mis sentimientos sin poner en riesgo mi orgullo y sin dejar al aire
mi dignidad. Sé que tú no tienes los mismos sentimientos que yo,
te lo noté en la cara el día que hablábamos inocentemente de qué
se siente al caer en las redes de otra persona, en el vértigo de oír
su voz, en la necesidad de ahogarse en su mirada.
En ese
instante me dí cuenta de que no me quieres. Puedo darle vueltas,
utilizar todas las metáforas que sea capaz de inventar, pero lo
cierto es que pese a que lo oí de tus labios, tú no me amas.
No me
beberé esa botella, lo sé y jamás te diré lo que siento porque
aunque no estaba en mis planes y aún menos pensé que volvería a
sucederme, me enamorado de tí, como juré que no volvería a hacer,
como me prometí que no me sucedería más, y ahora ya no sé como
seguir adelante, como dormir, comer o hablarte.
Y la
verdad es que siempre me dije que si había que llorar por un hombre
no lo haría por menos de un presidente de los Estados Unidos, y para
eso tenían que darse tantas condiciones, había tantas variables en
juego, que era una forma de decir que no habría un hombre que me
hiciera llorar. Pero las lágrimas han caído impunes y sin permiso y
recordé aquella frase que me decían cuando era muy pequeña: "si
lloras tanto se te pondrán los ojos chicos", ahora sé que es
mentira, porque si así fuera, se habrían borrado de mi rostro en
estos días.
Tengo
claro que la única opción es desaparecer, irme y aprender a vivir
sin ti y con este dolor hasta que éste desaparezca. Y cuando sea
capaz de pensar en ti con serenidad, sin angustia, dolor, o al menos,
sin temblar, entonces puede que te llame para tomar un café y
preguntarte qué tal te va la vida. Porque te irá bien, los hombres
hoy se van pareciendo cada vez más a esos mecánicos de fórmula uno
que cambian en cinco segundos una rueda, solo que la mayoría, en vez
de tener habilidades con la mecánica, la tienen con olvidar a una
mujer. El cambio de una a otra la hacen con pasmosa facilidad. Y yo
ya he intuido que has sustituido el tiempo que me dedicabas, espero
que ella te haga feliz y te enamores pero de verdad, sin te quieros
vacíos.
Así
que si primero me vi llorando y sufriendo por sentir algo inesperado
e imposible y luego, mientras el tiempo avanzaba, mis lágrimas
pasaron del dolor y la nostalgia a un auténtico enfado y una
profunda desilusión, y hasta la rabia la que me nubló la vista, hoy estoy
agotada de llorar, cansada de intentar saber qué pasó, qué querías
y por qué sucedieron las cosas de esa manera y en la distancia me
obligo a no mirar donde sé que puedo encontrarte.
Pasará
el tiempo y volveré a ser quien fui.
Ojalá
seas feliz y no puedas olvidarme.
Y que la Esteban tenga libro y tu no...........
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