Un suspiro,
cinco escalones, y sin red. El miedo hace que se me seque la boca, el
corazón lo noto a mil por hora, quizás sea mejor que me arrepienta, que llame y me disculpe, que me vaya corriendo sin dignidad alguna, que no me acerque. No tiene lógica ser tan cobarde, ya que he
venido tengo que tirar para adelante, me está esperando. Sería una descortesía avisar con cinco minutos. Eso es de mala educación, yo no soy mal educada. Pero quizás por una vez tampoco pasaría nada. No, no se hace.
¿Por qué
hace tanto calor en invierno? Pese a que en lo que va de mañana
varias veces me han piropeado, me siento pequeña, poca cosa, toca
crecerse y no me veo con fuerzas. No puedo creer que me sienta tan insegura. Antes de llegar, puede que tuviera lógica, pero ahora que estoy aquí, es el momento de echar valor. Nunca he tenido estos miedos, no me reconozco.
Peleando con mis inseguridades voy avanzando y estoy dentro. Estoy cerca, ya me ha visto. No puedo huir. Quizás si pueda, pienso rápido en planes de fuga extraños, miro el reloj y el móvil como si una llamada urgente me fuera a salvar de este mal trago. No va a llamar nadie. Pero podría simularlo. Sería una tontería impropia de mi edad.
“Un
segundo” me dice, es más guapo de lo que yo me esperaba, lo había visto en fotos, más de una y más de tres pero en persona es más guapo. Qué ganas
de correr en dirección contraria, y sin embargo tampoco soy capaz,
mis pies también se sienten cobardes. Me quedo mirando sin ver,
temblando por dentro, y supongo que se notará por fuera.Mientras espero me hago la loca, miro las cosas que hay a mi alrededor con tanto interés que resulta exagerado. No importa. Nada importa. Lo mejor es que no se me vea. Pero quiero mirar de reojo. Me enfrasco en mi mundo y no noto que se ha puesto a mi lado hasta que está muy cerca.
Lo tengo al lado, es más alto que yo…un beso y una sonrisa, “mírame a los ojos” , una mirada fugaz y una mujer a su espalda. Esto no estaba en el guión. Ella me mira con ojos fríos, no me espera, sonríe con la misma falsedad que yo, sólo que me veo incapaz de devolverle la sonrisa completa...”encantada”. Ella va y viene, no me considera una igual, me mira con cierto desprecio, lo lamentará. Ahora sí, ahora le sonrío y hasta juego a hacerla cómplice…es la hipocresía que se llama educación: ”Este hombre…”
Más presentaciones, más gente, ¡Dios mío! A ver si esto me va a quedar grande. Sabía que habría más gente, pero no tanta. Ya es difícil, no suele sucederme, pero estoy callada, no soy capaz de articular palabra. Observo, oigo, miro y de vez en cuando noto que me clava la mirada y yo me siento morir. ¡Que no se note, que no se note!
¿Era así lo que iba a pasar? Yo pensé que no, o a lo mejor me estaba engañando a mi misma, yo estaba segura de que el corazón me iba a dar el vuelco me dio, pero no pensé que fuera así. Quizás, en el fondo, sabía que venía directamente a que los sueños se hicieran realidad.
¿Y ahora qué? Ahora no hay gente, sonríe y me conquista…¿tan fácil? No puede ser, esto no me está pasando a mí, por algún lado esto va a salir mal. Me es muy sencillo hablarle, contarle, decirle quién soy y qué quiero. Las cosas buenas no pasan así. Y menos a mí.
Me da la mano, notará el pulso de la mía, es una mano cálida, grande, fuerte, morena, yo no tengo la mano pequeña y sin embargo se me pierde. ¿Qué me está diciendo? Su voz arrulla, sus gestos son precisos y su sonrisa es preciosa.
Para y me mira de frente, un escalofrío me recorre, creo que es el momento...no voy a tener miedo. Voy a ganar.
Impecable Rocío.
ResponderEliminarNecesidad de desenlace, seguro que ganas.
Un beso (con destinatario)
Fer
Uuuuffff, vivida cada letra, el vuelco me lo ha dado a mí el corazón.
ResponderEliminar¡Cuantas mujeres nos sentiremos identificadas!
Bueno, tantas no, las que hemos arriesgado, ...aunque hayamos perdido…
¿ Mereció la pena?
Por lo menos leerlo aquí si.
Matricula de honor, Manojito