lunes, 2 de diciembre de 2013

TE ECHO DE MENOS BELO

Empiezo a fundir el atardecer de hoy con el amanecer de mañana, una coctelera de espacio tiempo sin necesidad de agitar, una necesidad de hacer que se fundan las luces y sombras que me recuerdan tanto a ti.
Nunca fui de recordar los aniversarios de los fallecimientos aunque algunos son imposibles de olvidar y sin embargo siempre quise contar mi vida por cumpleaños y momentos vividos, en uno u otro lugar, en esta vida o en la otra, que no se si allí se sigue manteniendo el cumpleaños o cambia la fecha, pero como nadie se ha venido del otro lado a confirmarme -ni a desmentirme- mi creencia...la dejo tal cual.
Así que te recuerdo hoy por mañana, que sería tu cumpleaños, del día de San Francisco Javier, felicidades Belo, y tú con ese sello que dejaron en tu alma los jesuitas que te enseñaron lo que sabías, que era más que mucho, sin duda hoy ningún niño tendría tu sabiduría infantil, tu perseverancia y a la vez tu ritmo personal e incontestable, estoy segura que en ese lugar recibes mi felicitación. Ya sé, ya sé que no fueron solo los jesuitas, la Academia Militar hizo el resto, y la vida -supongo- otro poco, que en realidad era un mucho, y es que nunca conocí a nadie tan inteligente como tú.
Sólo tuviste prisa para llegar a los toros, podían zarpar barcos, despedirse los trenes o partir los coches sin ti, pero si se trataba de poner un pie en el coso taurino, eso eran palabras mayores y te volvías tan puntual que era difícil reconocerte. Aunque dicen que la edad te hizo un poco más blando y hasta llegabas a tiempo a alguna que otra cita.
Tus nervios siempre tenían como base común el Atlético de Madrid, ese que tantos sufrimientos te daba...o tantas alegrías que con ellos nunca se sabe, pero jamás fuiste contrario a ningún equipo. En la temporada que te fuiste, fue el año del doblete del Atlético, estoy segura que hiciste lo imposible por echar una manita allí arriba a los rojiblancos de tus amores.
Tu voz grave y sin complejos, amigo de todos, charlabas con obispos y charcuteros, con tenderos y catedráticos, nunca vi de ti un mal gesto hacia nadie, ni una ráfaga de clasismo. Leal como nadie, católico como ya no hay, si fuiste buen padre -que me consta- aún mejor abuelo. Yo no voy a decir que era tu favorita, porque tu corazón y tu justicia eran tan grande que era imposible que hicieras algo así, pero yo era la que más cerca estaba, la que más suerte tuvo de disfrutarte y con la que más discutiste...que todo hay que decirlo.
No voy a recordar el día que te fuiste, voy a recordar cada achuchón, cada beso, cada caricia y cada capricho que me diste y consentiste...no habrá nadie en mi vida como tú y sólo Dios -y tú que seguro que estás muy cerca- sabes cuánto te echo de menos.

5 comentarios:

  1. Siendo del Atleti tenía que ser muy buena gente, besos Rocio.

    ResponderEliminar
  2. Si ves a un hombre delgado con sonrisa permanente...siempre en mangas de camisa porque nunca tiene frío, con un cigarro en la boca y dispuesto siempre a echarte una mano...dile que le quiero mucho porque es mi padre. Besos Rocío. Lola Mento

    ResponderEliminar
  3. Que suerte tuviste amiga al ser nieta y disfrutar de esos achuchones.
    Yo solo fui nieta de difuntos, tan solo conocí a mi abuelo materno pero de pasada, casi como a una visita ya que no vivía con nosotros y no recuerdo ningún beso suyo. Tan solo, por cartas que mi madre guardaba y que he leído a raíz de su muerte, he sabido lo interesado que estaba en que siguiera estudiando cuando acabara la escuela, que no me dejaran en casa.
    O sea, que se preocupaba por mi futuro en la distancia cuando era pequeña, pero yo lo ignoraba. No sé a lo que sabe el achuchón de uno abuelos. :(

    ResponderEliminar
  4. Miamiga, llorando estoy, pensando en otro abuelo-padre y en otra nieta-hija.
    Lo he ido sintiendo letra por letra

    ResponderEliminar