viernes, 13 de diciembre de 2013

MEJOR SIN MI, MEJOR SIN TI

- No los creas, nadie puede enamorarse de ti, así no desde luego.
Vacío en el estómago, escalofríos e incredulidad. ¿A mi me estaba diciendo eso en serio? Busqué un atisbo de risa en su rostro y no lo encontré, ahí estaba él impasible y sincero, sin problema alguno, quizás estaba disfrutando del momento, no podría asegurarlo, pero desde luego no cabía duda de que su frialdad era un témpano lacerante.
Tomé aire de manera distraída y como si no me estuviera dejando las tres cuartas partes de mi orgullo mezclado y no agitado con mi alma, respondí despacio y mientras expulsaba a pausas cortas el suspiro que se condensó en mi pecho
- Yo sin embargo creo que es muy fácil enamorarse de ti, lo difícil es olvidarte, y me obligo a pensarte con otras mujeres para asumir que cualquier día me dirás que has conocido a alguien, que tienes una ilusión, que te lo estás tomando en serio y que es todo lo que tú esperabas de una mujer e incluso más, que estás loco con ella y que nunca te habías sentido igual.
- De hecho -continué- he decidido borrarte para no vivir un eterno sufrimiento inútil. Tienes razón, nadie va a enamorarse de mi, ni así ni de ninguna otra manera ¿para qué dilatar en el tiempo lo que nunca será cierto? Será la mejor forma de seguir adelante, ni te molesto ni me dueles, sólo hay ventajas.
Visualicé mi vida a partir de ahora y me pareció gris, lo que no dejaba de ser un avance porque a penas veinte minutos antes me hubiera supuesto un negro azabache como de morlaco bravo. Sonreí con tristeza hasta en los ojos pero con mucha decisión.
- No te engañes -seguí mientras interpretaba como desinterés su silencio- conocerás a muchas mujeres, hay miles mejores que yo, pero estoy segura de que un día mirarás hacia atrás y te preguntarás por qué me dejaste marchar. O quizás no, puede que ni tenga la categoría necesaria para estar en tu recuerdo.
Me levanté con cierta elegancia y ni esperé su respuesta, lo primero porque dudaba que me la diera y lo segundo porque ya no me importaba lo que dijera, amen de que estaba segura de que no sería nada agradable. Desde luego los paños calientes, la dulzura y la empatía no estaban entre sus mejores virtudes...tampoco entre las peores.
Llamé a una amiga de las que son como las funerarias, disponibles las veinticuatro horas y le conté como había ido y como me había rebelado interiormente. Y ella, que es sabia, me dijo: "Verás Patri, vas a sufrir un poquito, pero hay más peces en el mar, eres una mujer inteligente y guapa, divertida y muy buena persona, no te sientas mal y sobre todo, no te sientas menos que nadie. Sigue sonriendo, y recuerda que no hay nada más absorbente que el piropo de otro hombre para al menos secarte las lágrimas del anterior"

1 comentario:

  1. Empecé por éste.
    Parece algo vivido. Triste como es la vida. Pero con la esperanza de que todo puede volver a empezar.
    Voy a por otro.
    Un saludo

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