sábado, 26 de abril de 2014

"SUMMERTIME" (+18)

Sonaba "Summertime" en la voz de Aretha y Louis. Lo hacía tras invocar el constante girar de un ondulado disco sometido al yugo de la aguja. Laceración superficial, arañazo en forma de caricia cuasi auto inducida que le hacía hablar. Sonido envolvente de tocadiscos antiguo que en algún momento fue la última moda, hoy sobre una inestable mesa desvencijada, era el mejor complemento para la habitación pequeña, blanca, descalichada. Paralela a un lejano techo, una cama de sábanas húmedas y deshechas. Cabecero de hierro oxidado ya. Persianas subidas. Ventanas abiertas. Calor de tarde de julio. Siesta de sueños concretos, de realidad etérea. 
Sonaba "Summertime" al compás de sus caderas. Ella, felina, lenta, carnal, entraba en un estado de trance musical en el que la sensualidad era un efecto secundario. Cualidad innata. No contaba -ahora- su acompañante, no importaba nadie más, era algo entre la música y su alma, entre la trompeta y su cuerpo. Ojos cerrados, boca entre abierta y la piel predispuesta a sentir el cosquilleo de la emoción que acaba con la epidermis erizándose. Movimientos suaves, sin ningún tipo de violencia o fuerza. Su melena recorriendo la espalda, ni siquiera ésta estaba inerte, aunque no se movía, también sus cabellos tenían vida y desprendían el arrebatador y hormonal placer sexual. Su desnudez hacía brillar el sudor en su piel y los latidos de su corazón se veían palpitar en su cuello, justo donde hacía unos minutos la cubrían de besos y mordiscos de vampirismo erótico.
Las cadenciosas aspas de un ventilador de techo palmeaban el aire buscando ser ayuda en la lid, tarea ímproba e inútil, el verano estaba demostrando esa tarde, todo su poder. El calor espeso complicaba el jadeo y se asemejaba más a las últimas boqueadas de un pez fondeado en tierra firme, aun así los amantes no cesaron, hasta ahora, que sonaba "Summertime.
Él, al sonar la canción, asumió ser un espectador, y el sólo hecho de ser parte de la escena, viéndola desde fuera arrebolada y voluptuosa, era suficiente erotismo. La contemplaba extasiado, excitado y la sentía más mujer. Desde su posición, el vouyerismo participativo le producía un inmenso placer, más que los embistes resultadistas que pudiera imaginar. Si pensaba en que estaba siendo utilizado por esa elegante leona, pudiera ser que la sensación no dejara de mejorar.
La canción iba llegando a su fin, al sonar los últimos compases ella fue abriendo los ojos, volviendo a tener consciencia de la realidad que le rodeaba, clavó su mirada en él y cerró la enreabierta boca en una sonrisa displicente. Agradecida y al mismo tiempo advirtiéndole que le había dejado pertenecer a ese íntimo momento, y que debía aceptarlo como un regalo. No viviría nada igual hasta que volviera a sonar "Summertime"


3 comentarios:

  1. ...ojú , fantástica descripción , se siente el...calor !!

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  2. Buee. El relato, con los parámetros de hoy, podía calificarse como (+12). Me ha gustado aunque le falta, a mi modesto parecer, un poco más de punch.

    (Ay, que "entreabierta" se te ha enredado las dos veces. Es bueno releerse antes de darle a Publicar. Casi siempre hay que corregir algo.)

    N. J.

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