sábado, 1 de diciembre de 2012

NIÑOS

Es bien sabido y conocido que yo no soy muy partidaria de ocupar el blog con la actualidad, pues esa la tenemos a la mano en lo que hoy nos empeñamos en repetir tras algún cursi, con perdón, como "sociedad de la información", cuando en realidad deberíamos llamarnos zoociedad (Mafalda dixit) y lo de estar informados no es tan real como decir que tenemos muchos conceptos, material y noticias a la mano pero que no siempre se utilizan. Cuántas veces de las noticias sólo se leen los titulares, y frente a un documental interesante y clarificador, el humanoide de turno mueve el mando a distancia hasta llegar a algo vacío de concepto que entretenga.
Tampoco he escondido jamás que soy una persona contraria al aborto, y que los niños, desde que están en ese baño amniótico y caliente, son para mí la defensa más clara y menos suceptible de ser discutida del mundo. Sé que muchos la discuten, pero ese corazón que late, ese movimiento fetal, ese "alguien" merece que sea mi causa número uno por la que pelear en esta vida.
Hoy he abierto el periódico, siguiendo la terrible noticia de un accidente fortuito y lamentable por el que una pequeña de cinco años perdía la vida. Y acto seguido, la noticia de la muerte de un bebé que junto con su hermanito fue apuñalado, y más abajo que la parricida sevillana había dado a luz a una niña después de asesinar, presuntamente...claro, a dos de sus hijos congelándolos. En las páginas de internacional hace tres días la muerte de diez niños sin privarnos del detallito de ver las imágenes.
¿Qué está pasando?
¿Qué monstruos hay?
¿Quién se cree alguien para atentar contra algo tan limpio, tan noble, tan inmaculado como un niño?
Intento encontrar razones, no las hay, intento seguir el hilo de pensamiento para coger a un bebé, abrir un arcón y depositarlo y olvidarse por completo que llora de frío...supongo que poco tiempo...Qué se piensa cuando esos ojos sin ensuciar del fango de la vida miran al que empuña un cuchillo...Con qué frialdad se dispara en una escuela...
Son niños, ¡por amor de Dios! y me da igual el Dios del que hablemos...son sólo niños, no pidieron venir a este mundo pero están aqui y tenemos el deber de protegerlos, no llegaremos nunca a ser una sociedad moralmente aceptable mientras no cuidemos de los que no saben defenderse solos: niños, ancianos, disminuídos psiquicos o físicos, esos seres de alma impoluta...vapuleados por la mezquindad del egoísmo social con el que nos desayunamos todas las mañanas y del que nos desprendemos al acostarnos para hipocritamente, dormir a pierna suelta, toda la noche.

2 comentarios:

  1. Hace mucho que entendí,que somos un producto envuelto en papel de estraza,preparado y dispuesto para ser un fértil abono inorgánico.
    Meha emocionado el artículo...

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  2. Por eso llevo tanto tiempo enamorado de ti... en lo que de verdad importa estamos totalmente de acuerdo.

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