¿Recuerdas? Tú sentado inamovible y sin embargo tan cómodo. Yo sobre ti, recostada en tu hombro algo inquieta, mi pelo caía por tu pecho y me leías con tu voz grave y cadente y el significado de las palabras se volvía secundario.
¿Te acuerdas? Teníamos todo por delante y nada en las manos, sólo ilusión y ganas de comernos el mundo sin más ambición que contemplar juntos las cosas simples. Escucharnos. Saber que si nada teníamos nada podíamos perder porque lo material no importaba, nos pertenecíamos por voluntad propia.
Noches en vela sin más compañía que un libro y la lamparita, a veces un café y si estabamos de fiesta una copa de vino, o de whiskey que duraba hasta el amanecer, hasta que el azul rosáceo de la mañana nos recordaba que otra vez habíamos usado la noche en lugar de dormir.
Aún te recuerdo leyendo al aire, entre calada y calada a un cigarro apurado hasta más allá del filtro:
"Regálame una rosa que no esté usada
Entrégame una vida que no se gaste
Olvídame despacio, si así lo quieres
y vuélveme la espalda de tu regazo."
Y parabas, dejando la última palabra suspendida en el aire y aún no se si es porque necesitabas aire, estabas reflexionando, querías que lo hiciera yo o todo a la vez, pero yo no rompía el momento, nunca lo hice, saboreaba hasta tus pausas.
Era una época donde el día tenía más minutos porque habíamos aprendido a dejarlos parados a nuestra conveniencia y la derrota y el cansancio no formaban parte de nuestro vocabulario.
Fue otro momento, ni mejor ni peor, pero dime ¿recuerdas?
Estoy segura que al leerte alguien ha recordado...
ResponderEliminarMP
Me encanta.
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