No corren buenos tiempos y ya no es algo que nos cuentan en los informativos, en los periódicos, en los noticiarios, ahora lo sentimos en carne propia, en mayor o menor medida todos nos vamos dando cuenta de que el mundo está cambiando, las mentalidades tienen que evolucionar y seguramente la vida ya no será la que conocíamos.
Es algo socialmente aceptado y no sé si psicológicamente cierto, que ante las adversidades sale nuestro verdadero ser. Algo parecido a ese dicho popular que afirma que los niños y los borrachos son los que dicen la verdad.
Aparecen en nuestra sociedad los mayores, algunos recuperados de los asilos o residencias de ancianos, esos sacrificados pensionistas que saben hacer filigranas con sus pensiones, en ocasiones vergonzosamente mínimas, que acaban dando de comer no sólo a sus hijos sino a la familia de éstos, entregando sin problemas los ahorros de toda una vida, sacando esa casta que hizo que esta nación sea ahora al menos más de lo que fue.
También vemos el poder de la Iglesia, que está mal vista en según que círculos, pero a la que se recurre para que a algunos se les llene el carro de la compra con alimentos básicos que les hacen llevadero el trance de sentarse alrededor de la mesa.
Está también, por desgracia, quien se sienta a esperar a que le solucionen otros la vida, porque si culpa tienen los de arriba, casi todas, también hay que reconocer que ha habido en este país mucha insensatez individual puede que movida por una corriente de desenfreno consumista general...pero de los que muchos tienen que aceptar su parte de responsabilidad.
Pero sobretodo, más que nada, me gusta esa gran cantidad de gente que no hace aspavientos, que no se les oye armar ruido con protestas estériles o pataleos quizás comprensibles pero inútles, sino que luchan aprentado los dientes y salen hacia delante sin quejas y además mientras tanto ...te regala una sonrisa.
Desde aqui, con toda la humildad que me da este soporte, ¡muchas gracias!
No hay duda de que tienes mucha razón en todo lo que escribes.Desgraciadamente lo sufrimos cada día en carne propia.Siempre he sido una persona positiva y he dicho que nunca llovió que no parara aunque últimamente cada vez me cuesta más decirlo.Parece que nos vemos abocados al desastre y lo peor es no ver el final ni saber cuando pisaremos tierra firme.A mí, una sonrisa,un detalle insignificante o una lectura como ésta es suficiente para que me alegre el día.Has plasmado perfectamente de una forma real y resumida la precaria situación que estamos atravesando.Gracias!!
ResponderEliminarSi por la evidente calidad de tu prosa se puede cetificar tu estilo, por la sentida hondura de su contenido no cabe duda de que se puede identifiar también tu grandeza. Has escrito un texto con ritmo periodístico, fraseo literario y calado moral. Ser tu admirador ha sido siempre un placer; ser tu amigo es sin duda un honor. Gracias por esa literaria lección de periodismo. Gracias también por ese humanitario gesto sin aspavientos.
ResponderEliminar…….. Y gracias a ti por recódanoslo tan bien recordado, y sobre todo por tu constancia en ello, mi miamiga
ResponderEliminarTe pasas, Alvite.
ResponderEliminarNJ ;)