El ser humano tiene sus manías, yo tengo varias, y a veces lucho contra ellas porque me parece un contrasentido estar autosometida a chorradas varias como el orden del frigorífico o de las latas en conserva. Otra manía es que desde pequeña pongo nombre a las cosas.
También tengo la de elegir palabras, a veces solo por el sonido que tienen, su ortografía o sus sinónimos. Otras veces me dedico a ver el uso que les damos:
Yo siempre he defendido que ser una niña mimada no es ser una niña consentida, si no ser una niña que recibe o da mucho cariño, caricias, y besos. Yo he sido y soy una mimada pero jamás fui una niña consentida.
De la misma manera y aunque se puede hacer toda una teoría ortográfica, fonética y fonológica, yo, de manera más simple, diferencio entre normal y usual. Entendiendo lo normal como lo que indican las normas, no solo las jurídicas, y lo usual lo que se ve cotidianamente. Por ejemplo:
Lo normal sería que para comer el pescado se usara la pala del pescado pues como todo el mundo sabe es el cubierto adecuado para tal fin, sin embargo, lo usual es que en la mayoría de las casas no se utilice. Aprovecho para reivindicar a la pala de pescado, no son especialmente caras y junto con su tenedor ah hoc facilitan y hacen disfrutar más del plato.
Otro ejemplo sería la ropa interior, que como su nombre indica, es interior, perogrullada diréis, pero no tanta, porque aunque lo normal es que fuera algo íntimo, por dentro de la ropa, hoy en día lo usual es verla asomar por el exterior de la ropa. Hay casos realmente cubistas donde la franja de atrás del sujetador va diez centímetros por encima de la parte de atrás de una camiseta atada al cuello por lo que los tirantes del sostén (que palabra... sostén) se asoman sin escrúpulos y a veces con una negrucia silicona por los hombros desnudos. Algo que dicho sea de paso me molesta personalmente hasta el punto de que en ocasiones me sangran las pupilas.
Bien, no digo yo que tenga toda la razón, es mi manera de ver las cosas, yo diferencio. ¿Y a que viene esto? A los pontificadores, a esos seres de televisión o red social, que por que escribieron un día un tuit rompedor, tienen una mini columna o escriben en un blog, consideran tener la razón siempre. Jamás se plantean si pueden equivocarse, nunca se arrepienten ni piden perdón, no aceptan que otra postura sea igualmente válida a la suya. Lo normal sería que una persona acepte otras ideas, las respete, defienda las suyas con argumentos...eso sería lo normal....lo usual es que se insulte, abunde la prepotencia, el despotismo, la chulería y la verdad, como en los ejemplos anteriores, lo usual me desagrada.
Yo soy una mujer muy normal.
Me gusta mucho tu muchedad, mujer normal.
ResponderEliminarPor qué yo no escribo también todo lo que pienso, lo que observo, lo que analizo, si se parece tanto a lo que escribís los demás??
Definitivamente no lo haré nunca. Soy cobarde!!
Por eso me dedico a leer mis reflexiones en la escritura de los demás. Gracias!