No se reconocía como un ser especial y seguramente eso también puntuaba en su contra. Después de muchos altibajos emocionales, físicos y mentales se había auto convencido de que el "que dirán" era mucho más importante para los que dicen que para los que son sujeto activo desde el pasivo de la acción...la acción de ser el sujeto del que dicen. Así pues, ni los halagos la convencían, ni las descalificaciones la hundían, rehuía los primeros y analizaba los segundos.
La descalificación fundamentada e inteligente sí era digna de tener en cuenta, y finalmente, tras el concienzudo análisis y hasta después de hacer las pertinentes preguntas para aclarar el porqué y el cómo de la negativa opinión, no le parecía ésta justa, conforme a la realidad o posible, abandonaba cualquier tipo de resquemor o abatimiento.
No es que fuera perfecta, ni parcial, es que había aprendido a buscar en el amontonamiento de opiniones la que más le parecía que le retrataba y aún así podía puntualizar algunas cosas, evidentemente nadie le iba a conocer mejor que lo que se conocía ella.
Había pasado mucho tiempo de su vida mirándose en el espejo interior de su alma, crítica e inflexible consigo misma, en ningún momento benevolente, jamás se engañó, sabía cuales eran sus virtudes y sus defectos, sus posibilidades y sus incapacidades. Siempre le pareció de personas débiles el autoengaño, también le desagradaba el autobombo, esa falsa humildad revestida de sencillez que no era más que el egocentrismo llevado a su máximo exponente.
Aún así, tenía una extraña fe en la condición humana, en los de su misma especie y hasta en los de especies distintas, algunos mal llamados hombres (entendido como sustantivo plural) estaba convencida de que eran de otra especie porque su maldad, su canallesca o su moralidad abollada le impedían, a sus ojos, tener algo en común con ellos, ni siquiera la coincidencia biológica o humanoide.
Es por ese anhelo en algo mejor, en tiempos buenos y en sonrisas francas que todos los días como una autotriz se enfrentaba a una hoja en blanco.
Muy auténtico, autotriz, sigue en ello
ResponderEliminarPepita