"Tienes la cansada y derrotada apariencia mental de una mujer vieja" eso fue lo que oyeron sus oídos y fue como un mantra.
Era cierto, pocas palabras, una idea, y la verdad absoluta.
Desconectó del mundo, fueron a penas unos segundos, como si hubiera salido de su cuerpo se vio así misma y se contempló, sin placer ni dolor, objetivamente y reafirmó lo que fue una primera impresión: hay personas que tienen el don de la definición. No es fácil tenerlo, a veces para trasladar una idea muchos se enredan en un soliloquio en el que al final lo importante es más mantener los ojos abiertos que comprender lo que se quiere decir. Sin embargo, un puñado de elegidos saben definir cualquier circunstancia sin llegar ni a un párrafo.
Volvió a su cuerpo a tiempo de contestar algo breve y un poco desubicado que no le hiciera parecer mal educada y después intentó encauzar una conversación en la que ya estaba todo dicho y sin embargo las ideas flotaban huérfanas en el aire.
Aceptó la realidad, estaba cansada, derrotada y vieja, dijera lo que dijera el calendario. Los sueños ya no los consideraba posibles, eran sueños sin esperanzas, remotos. No había dejado de soñar...no, eso sería un suicidio sentimental y una traición a sí misma, pero ya no creía en el destino, ni en la suerte, ya no pensaba que un día al volver una esquina, el mundo sería otro y las oportunidades que tanto esperaba estaban allí, quietas, al alcance de su mano, desando ser atrapadas.
Nunca pensó que las cosas no costaban esfuerzo, tenacidad, valía...pero ahora tenía claro que todo eso ya no importaba, que las reglas del juego cambiaron a mitad de la partida. O quizás no, o quizás fue la culpable ella por pensar que el juego era limpio, que a igualdad de capacidades habría igualdad de oportunidades y derechos.
El caso es que no era así y se sentía derrotada. No habría ese mañana como no vivía ese hoy. No era pesimismo, era realidad. Contra esa realidad había dos opciones, aceptarla y adaptarse al entorno para buscar lo más parecido a la felicidad, o frustrarse y morir en el intento persiguiendo cambiar la sociedad.
Tendría que pensar, recapacitar y elegir la opción en la que próximamente sería definida.
(A todas esas personas válidas, capaces, luchadoras que aún así no tuvieron una oportunidad)
Me siento identificada chata, pero se me echó el tiempo encima muy rápido y he perdido demasiados trenes. Gracias por darnos la oportunidad de leerte.
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