viernes, 30 de noviembre de 2012

PRESENTACIÓN "LILAS EN UN PRADO NEGRO"


Buenas tardes a todos, muchisimas gracias por estar aqui, en la Asociación de la Prensa de Madrid, algunos ya me conocéis, y otros me conocísteis a raiz del libro anterior. Me llamo Rocío y llevo un par de años colaborando con José Luis Alvite, soy su mano derecha o su pie izquierdo, según el día.

Hoy tengo el enorme placer y la inmensa satisfacción de presentar esta magnífica mesa, con Santiago González, Amilibia, Alejandro Diéguez y el autor de este libro "Lilas en un prado negro", Jose Luis Alvite.

Tengo que decir, en honor a la verdad, y perdonen que hable de mi, que este libro es un empeño personal mío. Y desde aqui agradezco a Alvite y a Alejandro su complicidad para que por fin esté en la calle y digo por fin, si, porque seguro que nadie duda que Alvite es un genio, y lo es...y como todos los genios vive en un mundo relajado, pasivo, en otro plano donde la importancia de las cosas va en otro orden y a otro ritmo.

Los artículos que forman el conjunto del libro, fueron publicados como una serie en el dominical "Estela" de Faro de Vigo y yo los descubrí por casualidad, gracias,o por culpa, del desorden de Alvite. Cuando me envió documentación para "Humo en la recámara", su anterior libro, se colaron alguno de estos textos -y otras cosas que prefiero no comentar- y reconozco que me atraparon. Hice lo imposible por conseguirlos y finalmente tuve en mi poder todos los relatos. Cuando tomé conciencia de la obra al completo empecé a ponerme pesada, terca me llama Alvite, y a empeñarme en que se recopilaran y volvieran a ver la luz porque al haber sido publicados únicamente en Galicia muchos no los conocíamos y me pareció inexcusable que se volvieran a editar y que mejor que de la mano de Ézaro que tanto cuida sus publicaciones y a José Luis.

No ha sido tarea fácil, más de la mitad de los textos publicados en este libro se los he leido por teléfono al autor para que los revisara...pues tras seis meses sin mandarme ninguno con el visto bueno comprendí que era el momento de tomar las riendas y adoptar medidas extremas. Mis cuerdas vocales y la batería de mi teléfono saben bien las horas que hemos ocupado. También es cierto que Alvite ha soportado maratonianas jornadas telefónicas. Gracias por ello.

"Lilas en un prado negro" tiene de padres putativos a Jose Luis y a Alejandro, pero lo que es seguro es que el ginecólogo he sido yo.

Para muchos de nosotros Alvite es el Savoy, sus crónicas ahumadas en blanco y negro sólo coloreadas por el rojo carmín de los labios de esas mujeres faltales o derrotadas que nos hacen entrar a un local imaginario en una Nueva York algo cambiada. Pero esta vez el autor nos hace viajar a otro lugar. Porque esa virtud la tiene Alvite, nos crea un hogar imaginario que acabamos haciendo nuestro, y pasamos de espectadores a protagonistas.

Este libro se inspira en el compostelano Sanatorio Siquiatrico de Conxo donde me comentaba José Luis que acudía a recibir tratamiento en una etapa de su vida, pero con su habitual desidia y falta de constancia tantas veces comentada, tampoco fue un paciente ejemplar en la asistencia a las consultas, aunque acudiera allí por voluntad propia. Le sirvió, no obstante, para inspirar estos relatos que se desarrollan en un inexistente lugar gallego, el Manicomio San Antón de Restande, un alojamiento bucólico, lleno de ternura y palas de electroshock. Como un paciente más el protagonista nos va relatando las distintas personalidades, en ocasiones múltiples, que habitan o habitaron el lugar, los doctores que formaron parte de la plantilla y con especial detenimiento nos habla de una de las enfermeras, Laura Sarandeses, una de esas mujeres de Alvite: de mediana edad, friolera, desencantada y bella, inteligente y cobarde en el amor. Hay ocasiones en las que los relatos son solamente reflexiones dispersas, caóticas y sentimentales donde si leemos con detenimiento encontramos verdades afiladas.

Yo solo puedo recomendarles que entren despacio a Restande, sin miedo y sin camisa de fuerzas. Y si se ven levemente reconocidos en alguno de los personajes, no teman...nos pasa a todos y no estamos tan locos...

Muchas gracias. Les dejo a continuacion con Alejandro Diéguez, periodista y editor de Ézaro

A continuación el veterano y prestigioso Amilibia, un histórico del periodismo nacional.

Les dejo con Santi González, brillante y reputado columnista de El Mundo, miembro destacado del equipo de Carlos Herrera en Onda Cero.
 
Como diría Herrera....con todos ustedes...José Luis Alvite

 


1 comentario:

  1. Cuando leí esta entrada se asomaba la navidad. No frecuento tu blog, pero sí que leo todas las entradas desde la última a la que accedí.

    Tardé otro tiempo en encargarle el libro a mi librera de cabecera -una muchacha de pueblo, premadura y solterita, que regenta un kiosco de prensa pero que prefiero que sea ella la que se gane unos €s cuando compro un libro- y hasta hace unos días no me avisó de que ya me lo había traído.

    Le he dedicado aún pocos ratos. Es para saborearlo no a diario, como un wisky caro, sino cuando me lo pide el cuerpo. Y este ha de estar en condiciones de recibirlo.

    Recuerdo que el primer día busqué tu nombre en los 'títulos de crédito'. Al no hallarlo, me conformé con creer lo que dices ahí más arriba.

    Rompo una promesa al dirigirte estas letras. Son solo para felicitarte, más bien para agradecerte que hayas puesto tu empeño en que el libro pueda estar en mis manos.

    Lo dejo aquí, aunque podía felicitarte también por algunas, no todas, cosas hermosas que has escrito en este blog. No lo hago.

    Me vuelvo a mi silencio, totalmente ya frío y distante. Espero no volver a romperlo en unos cuantos años de nuevo.
    P.

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